sábado, 25 de octubre de 2008

Flores de otoño (I)

...“Por fin te despertaste” dijo ella, parecía haberlo estado observando toda la noche.
“¿Eh?...” atino a decir el, aun estaba en ese estado entre el soñar y el despertar…
Ella seguía mirándolo con esos ojos azul-grisáceos. Su mano acariciaba lentamente su mejilla derecha.
“¿Estoy en el cielo?“ Preguntó, aun sin despertar totalmente…
“No” dijo ella, “estás en el micro de viaje a Córdoba” aclaró, haciendo que el caiga nuevamente en la realidad
Al abrir los ojos completamente se encontraron en un micro del tipo semi cama, semi vacío, recordó que iba a Córdoba, recordó por qué iba allí, pero no recordó haber viajado acompañado…
“¿Cuánto tiempo estuve dormido?” preguntó, esperando que la respuesta de ella le refrescara la memoria y le diera alguna pista de con quien estaba hablando
“No se” contestó ella, “cuando me subí vos ya estabas así”. Sus palabras dijeron mas de lo que ella creía; así él se dio cuenta de que no la conocía de antemano (lo cual resultó un alivio, así no tendría que sentirse culpable por no recordarla) y de que aun faltaba para llegar a Córdoba…
“¿y de donde saliste angelito?” dijo él, tratando de poner un aire de galantería en sus palabras
“Angelito no, Florencia me llamo” retrucó ella, al mismo tiempo que entregaba un beso que nadie le había pedido, sus labios se habían acercado peligrosamente a los suyos.
“m…m…mucho gusto” alcanzo a decir, pero dudo que alguien lo haya escuchado, los nervios del “casi beso” de una mujer como esa pueden dejar a cualquiera sin habla…
Ella continuo mirándolo con esos ojos azul grisáceos… era una sensación extraña sentirse observado así, tan de cerca, parecía que en cualquier momento ella saltaría a su regazo… pero… esos ojos azul grisáceo… terminaban dando un aire de inocencia a la pobre criatura
Adivinando así a segunda vista, el pude estimar la edad de esa pequeña mujer que iba a su lado en apenas unos 15 años… tal ves menos… comparados a sus 25... Podría decirse que el era demasiado grande para ella, que algo así seria muy cuestionado por la sociedad, pero la verdad es que ella era la que parecía estar interesada en él, aunque él tampoco hizo nada para impedirlo (imposible hacerlo si aparentemente ella lo encontró todo el rato dormido, ni siquiera sus fuertes ronquidos habrían podido ahuyentarla)...




Las Cosas que nunca quise que escucharas
Cuentos Terminales: De amores, confesiones y locuras

T.B.A.

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