martes, 30 de septiembre de 2008

Ilusiones de amaneceres vespertinos....


¡Yo sabia que lo iba a encontrar, lo sentía muy adentro mio que había un lugar en donde vos y yo podemos estar juntos!... bueno... en realidad... no se si funcione... ¿vos y yo juntos? no... no serviría de nada... vos tenés tus léos... yo tengo los mios... y eso lo tengo muy claro... al menos por ahora... no se puede...
Pero entonces... si se todo eso... es más... se más que eso... y encima tengo muchisimas razones para prohibirme esto... pero aun así... me la paso todo el día pensando en vos... me la paso todo el día escribiéndote a vos... me la paso todo el día colgado del teléfono, la maquina, la puerta, de todos lados esperando verte aparecer...
¡¡¡¿¿por qué mierda lo hago si se que no va a pasar??!!! ¿por qué agarro el celular pensando que si miro tu teléfono fijamente me vas a llamar? ¿por qué me quedo horas mirando tu msn creyendo que así me vas a hablar mas a mi? ¿por qué cuando me llamas espero que lo primero que me digas sea "te amo" y después me siento aliviado que sea solo "hola"? ¿por que espero que aparezcas por la puerta de mi casa y vengas solo a besarme aun sabiendo que no tenés mi dirección? ¡¡¡¿¿¿por qué mierda me enrosco tanto si se que nada va a pasar???!!!

¿Por qué escribo todo esto hoy? tal vez sea que haber descubierto un lugar en donde el sol y la luna pueden estar juntos, haya despertado en mi la ilusión de tenerte, al menos, un instante, como en el polo... porque no me basta con lo que hacen el sol y la luna acá.. a mi altura... que se asoman para verse y nada mas... no me basta...

Tal vez algún día entiendas cómo me siento... o tal vez.. algún día.. yo entienda cómo me siento



Las Cosas que nunca quise que escucharas
Cuentos Terminales: De amores, confesiones y locuras

T.B.A.

© 2008. All Rights Reserved


domingo, 28 de septiembre de 2008

Si hay Dios

Podrás llevarte a aquellos que me importan,
Despojarme de mis ropas, desviarme de la luz.
Podrás llenar de oscuridad mis sueños,
Podrás porque eres tú.

Podrás romper de nuevo el juramento,
deshaciendo las cadenas que te ataron una vez.
Pero dame tú el valor, que tengo miedo.
O, puedes darme una esperanza
O, arrancarme, al fin las ganas de seguir por ti
buscando entre mi almohada
¿qué es una dama blanca?

Si hay Dios,
seguramente entiende de emoción, si hay Dios...

Podría haberte dicho que me importas.
Eso... y un millón de cosas. Pude hacerlo
y no lo hice y no sé por qué.
Será porque es más fácil escribirlo
o demostrarlo, que
montar un numerito de esos de fatalidad,
según lo que establece el reglamento
del aparentar.

Podría haber llorado un mar de lágrimas
Saladas, arrojarme a los abismos
y partirme en dos el alma, desatar la tempestad
y el huracán de mi garganta,
y confesar desesperado que no puedo con mi rabia.

Aunque en mi actitud no soy tan evidente,
no puedo sufrir más.
Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte,
no se alivia con decírselo a la gente.

Lloraré... si sé llorar,
como el tímido rocío del clavel, en soledad.
Estaré... todos se irán, ya lo sé
A tu lado en cada golpe,
como lo hacen las orillas y la mar,
como lo hace el campo y el agua que lloverá.
Podría ser más educado
pero, el alma sólo entiende de emoción
y si hay Dios, seguro entiende de emoción.

Si hay Dios,
seguramente entiende de emoción, si hay Dios...

Podría haber llorado un mar de lágrimas
Saladas, arrojarme a los abismos
y partirme en dos el alma, desatar la tempestad
y el huracán de mi garganta,
y confesar desesperado que no puedo con mi rabia.

Aunque en mi actitud no soy tan evidente,
no puedo sufrir más.
Que el dolor cuando es por dentro es más fuerte,
no se alivia con decírselo a la gente.

Lloraré...
como el tímido rocío del clavel, en soledad.
Estaré... todos se irán, ya lo sé
A tu lado en cada golpe,
como lo hacen las orillas y la mar,
como lo hace el campo y el agua que lloverá.
Podría ser más educado
pero, el alma sólo entiende de emoción
y si hay Dios, seguro entiende de emoción.


Ale Sanz

sábado, 27 de septiembre de 2008

Sabes que no...


...Ella comenzó a llorar, él solo podía observar sus lágrimas caer, estaba paralizado... al parecer era culpa suya que ella este llorando, pero aun así no sentía que todo fuera culpa suya, o que todo estuviera tan mal...
Eso pensaba mientras se dejaba caer sobre la pared, ella seguí llorando, parecía deshacerse con cada lágrima. El seguía ahí, observándola, no se animaba a soltar palabra, ella continuaba llorando, cada sollozo era como un puñal clavado sobre su pecho: se pregunto si valía la pena esto que estaba haciendo; no se contesto, por miedo a que no le gustase su propia respuesta. Apoyo sus codos en la pared… no era una posición cómoda, pero… al menos así no el dolor del pecho seria menor…

Ella levantó la vista, con los ojos cansados de llorar y llenos de lágrimas lo miró, le preguntó que era lo que trataba de hacer… si le gustaba verla así, llorando, destrozada por su culpa. Él contestó que no, meneando la cabeza, intento decirlo, pero no le salio el aire del pecho para hablar, parecía que estuviese mas cómodo causándole ese horrible dolor en la boca del estomago…

No sabia que decirle… después de lo que había hecho temía que sus palabras terminasen con eso que ellos dos con tanto esfuerzo construyeron, y que él en menos de 25 palabras pudo destruir tan fácilmente, luego de pensar eso… entendió que su miedo era absurdo… mas no así la opresión en el pecho… intento decir algo… pero una vez más el aire estaba más cómodo en su pecho, ella seguía sollozando… la dulce mirada que cargaban sus ojos hace menos de media hora había sido reemplazada por una fría mirada de odio... sus ojos ahora furiosos terminaban agobiando aun mas la opresión que él sentía en su pecho…

Intentó hablar otra vez… pudo al menos con una voz tenue decir “yo solo quise…” pero, ahí no lo detuvo el aire, lo detuvo su pensamiento, ¿Qué diría después de eso? ¿Qué podría justificar eso que había hecho?... ella alzó la mirada nuevamente, con esos ojos llenos de furia lo miró, y se detuvo un rato antes de preguntar entre herida y con ira “¿Vos solo qué? ¿Qué querías hacer? ¿Matarme así? ¿Confundirme más de lo que estoy? ¿Qué? Decime por favor ¿qué?”

Ella tenia razón… no sabia en que pero ella tenia razón, él sabia que la había lastimado, pero también él sabia que era mejor que llore ahora por esto y no luego por algo que él no podría darle…

Así fue como, de sus labios, salio su respuesta… “Yo solo quería protegerte”

Ella aun sollozando se giro hacia él y lo tomó de los hombros… “¿protegerme de qué? ¿De qué mierda me querés proteger? ¡Mira como me dejaste! ¿De que me podes proteger vos?” pregunto, a los gritos, tratando de transmitirle a él su dolor…

No lo pensó mucho… el sabia de que quería protegerla… pero… ¿Cómo decírselo?... meneo la cabeza, sabia que lo iba a decir, pero… no sabia como podía reaccionar ella… “de mi quiero protegerte” dijo, en voz baja… no por miedo ni vergüenza… si no porque el aire no quería salir de sus pulmones…

Ella sin entender sus razones grito “¿pero por qué? ¿Más mierda me podes hacer después que me tenés que hacer esto ahora? ¿Tanto que me decías que me querías? ¿Qué? ¿Era todo mentira? ¿Te gusta verme así llorando?”

Él se quedo inmóvil... mirando al piso… ella lo abofeteo y le exigió “¡Contestame carajo!”

Él levanto la vista… y mirándola a los ojos… le dio la respuesta a todas esas preguntas que ella le había hecho… dijo… con lagrimas en los ojos…. “Sabes que no…”








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T.B.A.

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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Gritos de un alma desesperada

Al contrario de lo que suelen pensar muchos, la felicidad está plagada de sufrimiento, lleva en ella un dolor insoportable que te quita todas las fuerzas y las ganas de seguir, te tira abajo y no te deja levantar, no te deja pelear. Pero aún así no sabes cómo pero seguís, arrastrandote, rengueando, corriendo, empujandote con la lengua, no se, pero como sea seguís (...) y cuando estas muy atado a alguien, en lugar de separarte más al avanzar terminas acercando a esa persona, tironeas fuerte del lazo que los une porque sabes que no se va a romper, y así se van acercando cada vez más (...) después te duelen los brazos de tanto tirar, las piernas de tanto caminar, las manos de tanto trepar, pero sí llegaste entonces también te van a doler los labios de tanto besar a los que querés, te van a doler los ojos de ver las sonrisas llenas de orgullo de todos los que creyeron en vos, te va doler toda la boca de tanto sonreír, los brazos de tanto abrazar, las manos de tanto saludar y
estrechar amigos que vas ganando, perdiendo, o manteniendo (...) te va a doler la garganta de tanto gritar su nombre, y te van a quemar las lágrimas a la décimoquinta vez que la veas por primera vez, vas a sentir este dolor y muchos más, y sí de casualidad te faltó alguno o directamente no sentiste nada, entonces te queda mucho camino por recorrer, porque la forma más fácil de darse cuenta lo que vale todo el mundo de uno es perdiendolo, pero la única forma de darte cuenta cuanto vales vos, es recuperandolo.






Las Cosas que nunca quise que escucharas
Cuentos Terminales: De amores, confesiones y locuras

T.B.A.

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No se me ocurre ningun nombre...

-¿En qué pensás?- preguntó él, al ver como ella se perdía en el viento con su mirada
-¿Eh?... no… en nada- contesto ella, esquivando, como siempre, su curiosidad
-Ah… bueno…- suspiró él, ella nunca le contó que pasaba por su mente cuando estaban juntos,
“Nunca”, que palabra tan fea, profunda como “eternidad”, pero más corta que “instante”, en todo sentido.
Siempre que ella lo esquivaba solía pensar en las palabras, sus significados y su relación con la forma de escribirlas.
Así, en noches de insomnio, mientras ella estaba profundamente dormida en sus brazos había descubierto que “Brillo” no era mas luminosa que “Blanco”, porque la primera llevaba una letra “O”, y la “O” siempre fue una letra oscura, no como la “A” que siempre fue la más clara de todas. La “E” siempre tuvo ese toque de elegancia y “caradurez”. La “I” siempre fue la más inocente de todas, es mas, él y yo suponemos que aun conserva la virginidad por tener las piernas cerradas… Y la ”U” siempre fue única, como la ultima de las letras posee las características de todas las anteriores, se vuelve ino-cente en “Unicornio”, oscura en “Underworld”, brilla como ninguna en “Unique”, y siempre fue elegante en “Humano”, aunque también ahí se vuelve un poco cruel, por eso creo que la mayor habilidad de la “U” es lastimar.
Las letras cobran vida dentro de las palabras, pero cobran aun más cuando son habla-das, y ni se imaginan cuando son dichas con sentimiento… se siente casi como si uno las pudiera tocar, uno siente como la “A” de la frase “Te amo” araña al alma, al mismo tiempo que la “M” toma papel de médica y cura las heridas de un corazón que al oír la “O” se siente acompañado…
Bueno, a decir verdad, esas son cosas que se le ocurren a gente con mucho tiempo li-bre… o a gente abandonada… sentimentalmente digo… porque está eso de que nunca estamos solos, ni siquiera cuando estamos solos… es largo de explicar pero tiempo es lo que me sobra, y si estas leyendo esto, entonces a vos también te sobra.

(…) Sintió un extraño temblor en el pecho, como siempre, cuando la vio subir al colectivo, sabia que mañana la volvería a ver, pero aun así no quería separarse de ella… aun así sobre él rondaba el miedo de no volver a verla… supongo que saben como se siente, digo, eso de dejar ir a un ser querido… no hablo cuando “se van”, sino cuando sabemos que se van y pueden volver, pero tenemos miedo de que no puedan, que pase algo, o peor, que no pase nada y simplemente no quieran volver. Bueno, esa clase de sensación es la que el tenia cada vez que ella subía a ese colectivo verde manzana (…es curioso, porque es el que viene desde Manzano…), y se iba para volver, y volver a irse, y volver a volver, y volver a volver a irse, y volver a volver a volver…y así sucesiva-mente.
¿Por qué la realidad quiso que vivieran tan lejos el uno del otro? No sabría decirlo, pe-ro si puedo decirte que ellos decidieron vivir juntos, al menos, mientras caminaban de la mano (o abrazados) por las veredas embarradas de La Angostura, o mientras se sentaban para estar solos entre los dos, podían pasar horas (o minutos) así, sin decirse nada, ¿Por qué? Supongo que porque no sabían que decirse, o porque no era no era necesario, que ya estaba todo dicho, o al menos eso creo… (…)

De casualidad varias veces pensé en que sentían aquellas personas que se iban, esas a las que uno siempre extraña, y me los imagine temiendo ser olvidados, asustados de no poder cumplir con lo que esperan de ellos, tal vez mas asustados que de costumbre, aunque luego de las tres veces que se repite el miedo pasa a ser rutina, y medio que uno se acostumbra…perdón, quise decir “y medio que ellos se acostumbran”… y ya el miedo deja de estar tan presente, pero ya es más latente, esperando un momento de debili-dad para atacar y plaff… adiós autoestima.
A veces me pregunto si vale la pena estar tan lejos de los que querés solo para tratar de alcanzar un sueño, me pregunto si vale la pena perder algunos momentos importantes de la vida de alguien especial por algo que ni siquiera sabes si vas a poder conseguir… entonces, ahí es cuando pienso que “a veces los sueños pueden volverse realidad, al menos por un instante, para volver a ser sueños”, por ese instante las esperanzas se re-nuevan, y vale la pena ver morir a uno para salvar a muchos… aunque ese uno seas vos, y esos muchos no sean mas de unos cuantos… lo importante es que vale la pena… ¿lo vale? Si… si no… no lo haría... (…)

-¿En qué pensás?- volvió a preguntar él, medio que adivinando la respuesta.
-En nada…- contesto ella, para no salir de la rutina.
Él sabía que no necesitaba preguntar, y ella sabía que no necesitaba responder, había muchas cosas que terminaban haciendo para no perder la costumbre, así como había muchas otras que ya no hacían para no tener que fingir sorpresa, o al menos, no sentirse culpables por no sentirla.
Se habían acostumbrado el uno al otro, y aun así no se cansaban de estar juntos, y en un principio fue bueno, y en un presente también, y calculo que también lo será en un futuro… o al menos eso espero…




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